La ciudad de Nueva York tiene una de las mayores aglomeraciones de inmigrantes Orientales y una concentración de las compañías líderes de la República Popular China. ​​​ La ciudad de Nueva York se jacta de publicar siete diarios de noticias en idiomas Orientales y posee dos estaciones de televisión en esos idiomas.  Tambien posee el vecindario llamado  Chinatown mas grande de los EEUU.  Los aeropuertos de Nueva York proporcionan 12 vuelos diarios a Hong Kong y cinco a Beijing, la mayor cantidad de toda la zona este de los EEUU.

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​Es muy sabido que las naciones orientales tales como las dos Chinas y Japón veneran al dragón escarlata.   Este dragón no es mas que la antigua serpiente que con su astucia y magia engañó a Eva y ésta a Adán para desobedecer a Dios.   Estas naciones han sido hasta cierto punto domesticadas geopolíticamente en su historia mas reciente para servirle  al imperio anglo-americano.   La economía occidental, el nuevo orden mundial y el imperio anglo-americano han dependido de la docilidad de las naciones asiáticas que veneran al dragón escarlata.  Pero el Vaticano como usted sabe tiene cero influencia sobre estas naciones budistas.​​​
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Sin embargo el imperio anglo-americano ha tenido control absoluto de Hong Kong, Japón, Corea, Taiwan, etc.  Hay una simbiosis compleja entre la economía norteamericana y la de China comunista (por ejemplo China colecciona pagarés de la deuda externa de EEUU por 2 trillones de dólares).  No obstante,  hay indicios que la luna de miel esta por acabarse lo cual parece que lo vemos en la profecía y la realidad.  Es la opinión de muchos que el nuevo enfoque de EEUU hacia Asia obedece a esta realidad.  También es sugerido en algunos análisis que China ha estado detrás de la insurgencia en Afganistán y del surgir de al Qaida en el norte de África    



Los grandes se pelean por los recursos geoestratégicos.  No veo allí el papel de la Santa Sede.  Por eso en mi humilde opinión esa teoría de que la gran ramera es la ciudad del Vaticano en Roma por ser albergue de la Santa Sede no satisface todas las interrogantes de la profecías sobre el fín.